08 julio 2009

CONTAMINACION VISUAL

Lanusverde
Por el Prof. Alejandro Chitrángulo

CONTAMINACION VISUAL

Después de una luchada campaña Nuestra ciudad quedo tapada de pasacalles, afiches, volantes, trípticos, boletas para votar y todo tipo de propaganda política. Los expertos afirman que el exceso de estimulo visual, provoca daño a nuestra salud.
A primera impresión no parece muy lógico. ¿Qué por mirar demasiada publicidad podamos sufrir alguna dolencia física? Suena descabellado. La sociedad todavía no es muy conciente de la contaminación visual, de forma que la mayor parte de la población no sólo no cree en sus efectos perversos sino que además niega su existencia como si se tratase de una broma o exageración. Es por eso que a los políticos se les permite violar todas las leyes al respecto durante las campañas

¿Qué es la contaminación visual?
Es el cambio o desequilibrio del paisaje, ya sea natural o artificial, que afecta las condiciones de vida y las funciones vitales de los seres vivientes. Esta es la definición científica, pero hay más. Primero, las ciudades transformaron el paisaje natural en un conglomerado de asfalto y cemento. Después las grandes empresas y los publicistas se encargaron de contaminarlo con sus "emisiones mentales".Las grandes ciudades se han convertido en territorios ocupados por las instituciones públicas y las grandes empresas que se han lanzado a una enloquecida lucha por situar su mensaje por encima de cualquier otro. Los ecologistas aseguran que la sobrecarga de estímulos visuales sin límites ha deteriorado sensiblemente la vida en el medio urbano. La publicidad se considera una buena fuente de ingresos para la administración pública, ya que se puede incorporar en múltiples soportes y espacios. Con el criterio de legar a la máxima audiencia cautiva, las empresas que explotan estos espacios le prometen al fabricante que su anuncio va a ser visto por un gran número de personas que, inconscientemente y sin tener nada que ver con el fabricante y el político que administra el soporte público, recibe un consejo de compra o modelo de vida según han pactado a sus espaldas. Y es así que Los dirigentes políticos no ponen ningún tipo de freno (obviando, en muchos casos las reglamentaciones vigentes) a la voracidad contaminadora de espacios públicos de los fabricantes y publicistas o de sus propios seguidores políticos o contrarios.
Y lo que es mas grave, es que los ciudadanos estamos tan narcotizados con su contaminación que no oponemos resistencia alguna, llegando incluso a asegurar que "los anuncios quedan bonitos".
Además de contaminar los espacios ya existentes, se ha desarrollado toda clase de soportes integrados con el mobiliario urbano, cuyo único fin es cargar aún más el espacio visual con mensajes publicitarios comerciales.
Esta conquista del espacio del espacio publico se ha realizado de forma tan contundente que no dio tiempo de reacción a los ciudadanos. Si anteriormente la colonización se realizaba a la fuerza mediante el envío de ejércitos, en la actualidad, son las ondas y los espacios visuales los que realizan la labor de sometimiento, con sus tropas de publicistas. El negocio de la contaminación visual se agrava cuando los productos que se anuncian son perjudiciales para la salud, como es el caso del tabaco, el alcohol, los alimentos hipercalóricos, etc. En la actualidad los nuevos edificios en las ciudades se diseñan teniendo en cuenta las posibilidades máximas de explotación de publicidad. Aquel ciudadano que tenga que utilizar el transporte público, (colectivos, subterráneos, trenes taxis, etc.) se verá obligado inevitablemente a posar su vista en los cientos de metros cuadrados de superficie contaminada por los mensajes, se utilizan paredes, columnas, papeleras, barandillas de pasarelas y escaleras, el suelo, y en los últimos años también han colocado pantallas de televisión.
También la publicidad supone la principal fuente de financiación de medios tanto públicos como privados. El chantaje consiste en que te dejan ver programas o películas si te comprometes a ser contaminado con sus ofertas publicitarias. La relación es "veinte minutos de programación", y "quince minutos de publicidad". Ni que hablar de internet, donde la publicidad llega directamente a tu mail. ¿Cuánto tiempo pierde un ciudadano al año viendo publicidad?
Las causas por las que puede afectar nuestra salud
El cerebro humano tiene una determinada capacidad de absorción de datos. Los sentidos son los encargados de transmitir al cerebro toda información que perciben del entorno. Entre ellos, el sentido de la vista es uno de los más complejos y de los que mayor incidencia tiene en la percepción global del entorno y, por lo tanto, en las reacciones psicofísicas del hombre. El ojo es una máquina óptica muy compleja. La retina retiene la imagen durante 1/10 de segundo, como si fuera el cuadro de una película. De hecho, este mecanismo ha sido aprovechado para crear el efecto de movimiento en el cine.
La información visual retenida en tan corto tiempo tiene una acción directa sobre nuestra capacidad de atención. Cuando una imagen supera el máximo de información que el cerebro puede asimilar (estimado en 4 bits/seg), se produce una especie de “stress” visual, el panorama perceptual se vuelve caótico y la lectura ordenada del paisaje se hace imposible. Por otro lado, cuando la riqueza de la imagen no alcanza un mínimo de información (alrededor de 0,4 bits/seg), la atención decae y los reflejos se embotan. De este modo podemos definir la complejidad visual como un proceso que oscila entre el desorden y la monotonía perceptual.
Carteles asesinos
Los carteles en las rutas suelen ocultar características del recorrido, como curvas y cruces, incrementando así la probabilidad de accidentes. Incluso los árboles, por más ecologista que se pretenda ser, en un mal planeamiento paisajista pueden obstaculizar la visión.
El contenido visual de los mensajes publicitarios en rutas y calles también suele ser un importante factor distractivo. Los anuncios tratan de ser cada vez más atractivos y se apela a efectos tales como diseño, color, luz, movimiento, tamaño. A su vez, el contenido intenta cautivar la atención del automovilista o del transeúnte, evocando emociones profundas o apelando a la desnudez, el sexo o la violencia.
La contaminación visual no es tan sólo un problema de estética, según algunos especialistas puede afectar tanto a la salud psicofísica como al desenvolvimiento de la conducta humana y a la eficiencia laboral. En última instancia, sin duda, tiene que ver con nuestra calidad de vida.

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