14 octubre 2009


Lanusverde

Por Alejandro Chitrángulo

ES POSIBLE RECUPERAR LA MEMORIA

Si hay un problema que nos aqueja mucho a los argentinos, es la falta de memoria. No poder recordar vívidamente sucesos acaecidos en nuestra corta historia hace que volvamos a caer repetidas veces en los mismos conflictos.

La ciencia define la memoria como la capacidad de almacenar y recuperar información. Su función primordial es crear una experiencia que nos permita afrontar los hechos cotidianos y prepararnos para el futuro. Los recuerdos existen y persisten en tanto que nos resultan útiles, y a menudo se reemplazan por nuevos recuerdos. No se trata de una única función que está localizada en un punto concreto del sistema nervioso, sino que reside en una serie de sistemas interconectados. El aprendizaje y la memoria son funciones cerebrales que van de la mano, y en el cerebro hay áreas para ambas que funcionan como una red en la cual cada región tiene un papel difierente

Existen distintos 'tipos' de memoria según su duración y el tipo de recuerdo almacenado: una memoria inmediata (que dura segundos), a corto plazo (de minutos a pocas horas) o a largo plazo (de semanas a años). En función de la naturaleza de los recuerdos se habla de memoria implícita, que se refiere a sensaciones y habilidades que se recuerdan de modo inconsciente (olores o sensaciones táctiles), y de memoria explícita, que implica, hechos, personas, lugares, cosas, que se recuerdan mediante un esfuerzo consciente.

Un descubrimiento accidental

Recientemente la ciencia ha encontrado una posible solución. Una investigación pone de manifiesto la posibilidad de revertir, mediante estimulación cerebral, la pérdida de la memoria.

La investigación fue dirigida por el Dr. Andrés Lozano, profesor de neurocirugía del Western Hospital de Toronto (Canadá) y se trata de un descubrimiento casi accidenta. El Dr. Lozano trataba de reducir el apetito de un paciente obeso mediante estimulación cerebral, Al paciente, hombre de 50 años con obesidad mórbida, le fueron introducidos unos electrodos en el hipotálamo con la finalidad de incidir sobre el centro del apetito. La respuesta fue inesperada ya que el estímulo provocó la evocación de una escena anterior de su vida, que creía olvidada. El paciente recordó una escena con unos amigos cuando tenía alrededor de 20 años. La imagen, en color, se hizo más vívida cuando se aumentó la intensidad de la estimulación, incluso pudiendo identificar las prendas que vestían y de qué estaban hablando, aunque no pudo recordar la conversación.

El fenómeno ocurrió de nuevo cuando los investigadores repitieron la prueba, e identificaron que la técnica era más efectiva cuando los electrodos se encontraban cerca de una estructura denominada fórnix. Además, después de tres semanas de estimulación continúa del hipotálamo, los investigadores encontraron mejoras significativas en los resultados de dos pruebas de aprendizaje que realizó el paciente. Los resultados se publican en 'Annals of Neurology'

Estimulando el cerebro

La estimulación cerebral profunda (ECP) se comenzó a utilizar en Francia a finales de los 80. Se trata una técnica neuroquirúrgica que se fundamenta en modificar los síntomas motores mediante la regulación de la actividad neuronal anormal, generada en la zona cerebral que controla los movimientos. Consiste en la implantación de un dispositivo, similar a un marcapasos, que genera impulsos eléctricos que inciden en las áreas cerebrales del control motor. La terapia se ha mostrado eficaz y está autorizada para el tratamiento de tres enfermedades que comportan trastornos del control de los movimientos: la enfermedad de Parkinson, el temblor esencial y la distonía.

En un estudio publicado en 'The New England Journal of Medicine' diseñado para evaluar este tratamiento en la enfermedad del Parkinson, se afirma que queda demostrado que es más útil y efectiva la ECP que la medicación tradicional sola. En el estudio se incluyeron un total de 156 pacientes con enfermedad de Parkinson avanzada que sufrían problemas importantes de movilidad, a pesar de recibir el mejor tratamiento farmacológico posible. La mitad de los pacientes fueron tratados con ECP más medicación y el resto sólo con medicación. Tras seis meses de tratamiento, el estudio demostró que los pacientes tratados con ECP experimentaron una mejoría de un 41% en la escala de puntuación de la función motora y de un 25% en la escala de calidad de vida. En los pacientes que recibieron sólo fármacos no se objetivaron mejoras en ninguna de las medidas.

Otra posible utilidad para este tratamiento se encuentra en una afeccion denominada “depresión mayor”. Esta otra de las patologías que se está investigando en EE.UU. y la Unión Europea. Hasta el momento la investigación, que se está realizando ha arrojado resultados positivos en el 66% de los casos. La terapia podría ser útil en pacientes con enfermedad de larga evolución que no se controlan con el tratamiento farmacológico.

Sin dudas este hallazgo ha abierto nuevas perspectivas en el conocimiento de la memoria. ¿Nos servirá a los argentinos para no volver a equivocarnos…?

No hay comentarios:

Publicar un comentario