
Lanusverde
Por Alejandro Chitrángulo.-
EL DILEMA DE LAS BOLSAS DE PLASTICO
A partir del 15 de agosto entro en vigencia en la provincia de Bs. As. la ley 13.868 que otorgó un plazo de 12 meses a los grandes mercados y 24 a los más chicos para que, en ese tiempo, pudieran reemplazar las bolsas de nylon por otras no contaminantes -degradables o biodegradables- sobre todo en los comercios donde predomina la venta de productos alimenticios. La norma aclara que esta obligatoriedad "no será aplicable cuando por cuestiones de asepsia, las bolsas de polietileno y todo otro tipo de material plástico convencional deban ser utilizadas para contener alimentos o insumos húmedos elaborados o preelaborados".
Quienes no cumplan serán apercibidos "una sola vez" y luego serán pasibles de multas de "entre diez y hasta mil sueldos básicos de la categoría ingresante del agrupamiento administrativo". Los infractores pueden sufrir también el "decomiso de las bolsas de transporte no biodegradables", la "clausura temporaria de los establecimientos" hasta durante un mes e incluso la "clausura definitiva".
¿Pero por que llegamos a una ley tan estricta?
La contaminación de las bolsas
Una información emitida por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, revela que aproximadamente se consumen en todo el mundo alrededor de 1 millón de bolsas plástica por minuto o sea 1.2 billones por año. En nuestro país no existen estadísticas confiables, pero se estima que se desecha un mínimo de 200 bolsas por adulto cada año, lo que equivale a unos 6000 millones. Trasladando estos números, podemos decir que solamente en Lanús el consumo anual de bolsas supera los 70 millones.
Las bolsas plásticas tradicionales están hechas de polietileno: un termoplástico que se obtiene del petróleo y están formadas por cadenas moleculares de átomos de carbono e hidrógeno. Estos átomos están ligados fuertemente entre sí. Debido al tamaño y peso de las cadenas moleculares y también por la fuerza de estas ligaduras, puede llevar entre 100 y 400 años para que este tipo de material se descomponga en la naturaleza. Cuando finalmente lo hacen, se descomponen en petro-polímeros más pequeños y tóxicos que finalmente contaminarán los suelos y las vías fluviales.
Para producir 100 millones de bolsas de plástico se utiliza 1.6 millones de litros de petróleo, es decir que se consumen entre 64.000 y 80.000 millones de litros de petróleo al año para fabricar bolsas de supermercado. Solamente en China se ahorran 37 millones de barriles de petróleo cada año, gracias a la prohibición de bolsas plásticas gratuitas.
Las bolsas de polietileno son muy cómodas, económicas y también tienen otra ventaja: Son totalmente reciclables. Pero el problema radica en que menos del 1% de las bolsas se recicla y esto se debe a que el costo de reciclarlas es mayor que el de producirlas nuevas. Esto sumado a la despreocupada actitud que tenemos los humanos con nuestros residuos hace que el 99% de todos esos millones de bolsas que ya terminaron su breve periodo de utilidad termine desparramado por todos los rincones de nuestro planeta esperando siglos que la naturaleza las desintegre.
Las bolsas oxi-biodegradable
Debido a la nueva ley, en las últimas semanas el tema de las bolsas se impuso fuertemente en los medios de información y como suele suceder muy a menudo, no falta quien respondiendo a intereses no muy claros llego a manifestar que las bolsas tradicionales son mejores que las oxi-biodegradable.
Para echar un poco de luz sobre este tema podemos decir que existen muchas formulas para fabricar bolsas y lograr minimizar los tiempos de su desintegración. Las bolsas oxi-biodegradables incorporan en su elaboración un ingrediente especial que no modifica las características básicas y deseables del producto final. Sin embargo, al fragilizar las ligaduras entre los átomos y moléculas, el ingrediente convierte al producto en un material sensible a la luz solar, humedad y temperatura, En contacto con el oxígeno libre en el medio ambiente, los átomos de carbono e hidrógeno “liberados” se combinan formando nuevas moléculas de agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2). El resultado de esta degradación natural será agua, dióxido de carbono y biomasa, elementos inofensivos al medio ambiente y digeribles por microorganismos, que iniciaran el proceso de degradación natural.
Argentina investiga
La mayoría de los países desarrollados ya prohibieron o se encuentran en camino de lograr normativas que logren eliminar el uso de las bolsas de polietileno. También se han implementado leyes muy estrictas en la mayoría de los países de África y Asia. En la actualidad las investigaciones se apuntan a lograr bolsas desarrolladas a partir de polímeros naturales como el almidón de la papa.
Un grupo de científicos argentinos del Departamento de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la UBA e investigadores del Conicet logró modificar bacterias para que produzcan bioplásticos con muy baja aireación y de manera sostenible, es decir que no agota recursos naturales y es económicamente factible.
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