26 febrero 2010

LOS BENEFICIOS DE LA DIETA MEDITERRANEA


Gestión verde

Por Alejandro Chitrángulo

LOS BENEFICIOS DE LA DIETA MEDITERRÁNEA

El término dieta hace referencia al menú que ingerimos diariamente, y no a las dietas usadas para bajar de peso. La historia está llena de anécdotas y creencias que demuestran los esfuerzos del hombre por conservar ó restablecer la salud mediante una alimentación determinada. Detrás de una práctica dietética siempre hay una justificación que relacionan al alimento con mejoras para el organismo humano tanto en situaciones enfermedad como de salud ó impotencia.

Una dieta saludable ó equilibrada debe suministrar 6 grupos de nutrientes fundamentales para que nuestro organismo pueda desarrollarse perfectamente. Estos grupos son las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas, las vitaminas, los minerales y la fibra; tanto el exceso como la falta de alguno de ellos pueden hacer que la dieta sea la causante de dolencias y enfermedades. En la actualidad es común la utilización de suplementos multivitaminicos y minerales para que el organismo reciba la cantidad necesaria de nutrientes, dejando de lado a la dieta como fuente de dichos nutrientes. Los suplementos sólo deben ser ingeridos cuando por medio de la dieta sea imposible suministrar ésos nutrientes, ya sea porque el individuo rechaza alguna clase de alimentos ó porque es vegetariano.

La mala dieta

Una dieta sana requiere alimentos con proteínas para permitir el crecimiento y la reconstitución de las células (por ejemplo la cicatrización de heridas), alimentos con hidratos de carbono y grasas para suministrar energía, y alimentos que contengan cantidades adecuadas de vitaminas y minerales para regular las funciones del organismo. Debido a la mala calidad de los alimentos que ingerimos y el consumo de alimentos rápidos ó “fast foods” como panchos, hamburguesas, pizzas, porciones a granel de papas fritas, snacks para picadas, etc., estamos bastante lejos de consumir lo que se llama dieta equilibrada.

Estos malos hábitos alimentarios son adoptados por muchas personas, sobre todo aquellas que no tienen la costumbre de cocinar algún tipo de alimento nutritivo; además éstos alimentos proporcionan una sensación de saciedad y de haber comido bien, cuando en realidad están aportando una increíble cantidad de grasas, mucho más de lo aconsejable.

Cuando existe un acostumbramiento a este tipo de dieta lograr un cambio, aceptable hacia una dieta mas saludable lleva mucho tiempo o un ultimátum del doctor.

La dieta mediterránea y sus características

Frecuentemente es muy común nombrar a la dieta mediterránea como una de las más saludables y equilibradas. Se la denomina de esta manera porque es la manera de comer más aceptada por las personas que habitan en los países bañados por el mar Mediterráneo, como, España, Francia, Italia, Grecia, etc. Sin embargo, el concepto de dieta Mediterránea no puede generalizarse simplemente en función de los países, ya que dentro de un mismo país hay diferentes regiones con distintas culturas y religiones, lo que determina algunas diferencias a pesar de compartir un patrón común.

No obstante, éste concepto de alimentación reviste particular interés por diversos factores como una gran diversidad de alimentos, con predominio de los de origen vegetal, siendo el aceite de oliva un componente obligado e infaltable. Cereales (en especial el trigo como elemento básico en elaboración del pan); gran variedad de legumbres, verduras, hortalizas, frutos secos y frutas frescas; la uva y el vino tinto; el pescado; y entre otras carnes, la procedente de la ganadería ovina y la carne porcina.

Otras de sus importantes características son la adecuada proporcionalidad de componentes fundamentales tales como fibra, vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos insaturados y la frugalidad; una dieta perfectamente equilibrada, basada en los frutos de la tierra, el mar y la granja.

Desde 1970, estudios científicos han demostrado el bajo porcentaje mortandad de los países mediterráneos, debido a enfermedades cardiovasculares y una de las esperanzas de vida más largas del mundo. Los hábitos alimentarios son una de las causas más importantes de esto.

En 1986 se demostró que la presencia de ácidos grasos insaturados (tipo de grasas menos malignas que las saturadas de origen animal) en la dieta disminuye el riesgo de padecer obstrucciones en las arterias del corazón. El aceite de oliva virgen (no el refinado), ampliamente utilizado en la dieta Mediterránea, tiene la mayor parte de ácidos grasos insaturados; en tanto, los aceites de semillas (soja, girasol, maíz, etc.) tienen grandes cantidades de ácidos grasos saturados (los más perjudiciales para la salud si se consumen en grandes cantidades).

El vino es la más arraigada de las bebidas mediterráneas, y resulta ser un buen protector frente a las enfermedades coronarias. Diversos estudios han demostrado que el consumo de vino tinto (aprox. 1 vaso diario) reduce a la mitad las posibilidades de padecer problemas de corazón, asimismo que baja la mortalidad por enfermedades cerebro vasculares.

Si bien está en la conciencia de la mayoría que el alimentarse bien conlleva a una vida más plena y saludable, es difícil la adopción de cambios en los menús cotidianos, debido a la poca habitualidad que existe a consumir determinados alimentos en cantidades mayores a las actuales, en especial legumbres, hortalizas y pescado.

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