14 mayo 2010

¿TOMAR AGUA DE LA CANILLA HACE MAL?


Por Alejandro Chitrángulo


Bs. As. sostiene el triste record de ser la ciudad que mas agua dulce derrocha en el mundo. Sin embargo los bonaerenses somos grandes consumidores de agua envasada. ¿Es realmente el agua potable, intomable? O ¿solamente se trata de una excelente campaña de marketing de las embazadoras que crearon un falso mito?

Beber agua embotellada cuesta, en promedio, entre 500 y 1.000 veces más caro que, simplemente, tomar agua de la canilla. Este consumo crece en el mundo a un ritmo de 12% anual, pero en la Argentina esa cifra es aún mayor: según datos de la consultora CCR, en 2009, los argentinos gastaron, sólo en agua mineral, un 29% más que en 2008.
Las razones de un gran negocio
Si hacemos una encuesta para averiguar por que la gente consume agua envasada, la respuesta será invariablemente, “Por que es más sana”. La idea de que esa botella con certificación de pureza contribuye a una vida saludable es la principal razón por la que muchos prefieren pagar hasta mil veces más caro por el agua. Pero ¿es más sano tomar agua mineral?
Decir que el agua mineral es más saludable es un invento comercial, en mi caso personal y familiar, desde que tengo memoria en casa consumimos agua de red (vivo en Lanús) y nunca tuvimos un problema de salud relacionado con el agua. Eso si, siempre la hervimos antes de tomarla, sobre todo para quitarle el gusto a cloro y aparte dos veces por año limpiamos el tanque con lavandina.
El fenómeno, de la gran demanda de agua embotellada, responde a excelentes campañas de marketing que han logrado, crear una necesidad en el mercado de consumo, relacionando hábilmente el agua embotellada con un símbolo de salud, e incluso se ha llegado a crear la fantasía generalizada de atribuirles propiedades mágicas a determinadas aguas, como la de quemar toxinas.
La fiebre del consumo de estas aguas llego a tal límite, que como las campañas publicitarias indican que hay que consumir tres litros diarios, nos encontramos con personas realmente preocupadas, al grado de psicosis, por que no pueden cumplir con la cuota recomendada y piensan que sus cuerpos no están eliminando toxinas de forma efectiva.
El agua, mientras sea potable, tiene todos los componentes que el cuerpo necesita, más allá de que la mineral o la purificada tengan mejor sabor que la de la canilla. Según informa AySA, en sus plantas se realizan 500.000 análisis los 365 días del año sobre muestras extraídas en diferentes puntos de los sistemas de agua.
En defensa del consumo del agua potable, los expertos de AySA, manifiestan que los métodos de medición epidemiológicos actuales no detectan diferencias para la salud entre tomar agua mineral o agua de red. “Se considera que, en condiciones normales, el agua distribuida por un servicio centralizado ofrece más seguridad porque su calidad es seriamente controlada en las distintas etapas, desde su captación hasta la conexión domiciliaria”. No caben dudas de que, además de seguro, es más económico, algo que en el resto del mundo ya comenzaron a descubrir.
En el Instituto Nacional del Agua refuerzan la idea de que si es distribuida por red, debe considerársela segura para el consumo doméstico. “Las empresas que brindan el servicio están obligadas a hacer los controles necesarios para cumplir con los requisitos de calidad y, además, son controladas por organismos públicos”. Juan Morettón, jefe de la cátedra de Higiene y Sanidad de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, afirma: “Somos uno de los pocos países de Latinoamérica donde el agua potable es de muy buena calidad. El problema puede encontrarse a veces en los medios de almacenamiento, como tanques o cisternas mal lavados”.
AySA, se responsabiliza por la calidad del agua hasta la línea municipal. A partir de ahí, cada usuario tiene que encargarse del mantenimiento de las cañerías y del tanque de reserva. La empresa recomienda la desinfección cada seis meses. Para hacerlo, se debe vaciar el tanque, utilizar un cepillo o escoba de plástico –nunca de metal– para eliminar la suciedad y luego desinfectarlo, durante tres horas, con dos litros de lavandina cada mil de agua.
Campañas mundiales anti agua envasada
Tomar agua envasada no solamente “no” es mas sano, sino que aparte genera contaminación con el descarte de los embases vacios. En los Estados Unidos, país que pasó de consumir siete litros y medio por persona en 1976 a 113 litros treinta años después, ya se dieron cuenta.
En octubre de 2007, durante la campaña “Think Outside the Bottle” (algo así como “Pensar afuera de la botella”) el intendente de Salt Lake City disertó sobre la irresponsabilidad económica y ambiental de consumir agua embotellada cuando en su municipio el agua de red estaba en perfectas condiciones, e instó a que las dependencias oficiales y los restaurantes dejaran de comprar agua mineral. En la actualidad ya existen ciudades que han prohibido la venta de agua en botellas plásticas descartables.
El fenómeno anti agua envasada no es exclusividad de la conciencia económica y ambiental de los intendentes yanquis. Ya en 2004, 144 comunas francesas habían lanzado una campaña de afiches con frases del estilo “Libérese de pagar 1.000 veces más” o “Ideal y más ecológico porque no existen desechos”.
Hoy, el intendente de París sirve agua de red en sus reuniones. En Canadá, incluso, las razones para dejar de consumir agua mineral fueron más allá: la United Church declaró que lo hacía por cuestiones morales.
En la Argentina todavía ningún movimiento ecologista o anti consumista se ha manifestado en contra de la fiebre de consumo de agua embotellada. De hecho, las empresas del sector que comercializan agua mineral, ( Danone, Nestlé, Quilmes, etc. que el ultimo año vendieron en conjunto mas de$ 1.500 millones) saben que el consumo de agua irá en aumento. De ahí que sigan concentrando sus energías en ofrecer cada vez más alternativas.
Tipos de agua para consumo:
Mineral: es de origen subterráneo, se puede extraer por perforaciones o de manantial. Contiene minerales y no recibe ningún tipo de tratamiento. Tiene que ser envasada en su lugar de origen, que debe figurar en la botella.
Mineralizada: surge de estratos superficiales o no protegidos y es tratada de manera industrial para quitarle algunos compuestos y agregarle minerales permitidos.
Purificada: agua superficial o subterránea que ha sido tratada para que resultara apta para el consumo humano. Sólo se diferencia del agua de la canilla en la manera en que es distribuida (en botellas) y en su precio.
Potable: también surge de estratos superficiales o no protegidos, y es tratada y depurada para su uso público o domiciliario. Se distribuye a través de tuberías.
Como les comentaba, en mi caso el consumo de agua de red es por convicción y economía, en muchos otros casos, cuando la plata no alcanza, o en familias de escasos recursos el agua de la canilla es lo mejor y realmente lo único malo es dejar de tomarla.

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