TORNADOS EN BUENOS AIRES
El tema empezó a llamarme la atención después de los dos tornados recientes (julio 2011 y abril 2012) que afectaron bastas zonas del gran Buenos Aires y desde entonces no paro de recolectar información con la finalidad de entender este extraño proceso climático de la naturaleza. Pero primero a lo primero, ¿Qué es un tornado? Tornado (del latín tonare, ‘girar’), torbellino de viento fuerte, acompañado por una nube característica en forma de chimenea que desciende desde una nube cumulonimbo o “nube madre” (Nube baja con prolongaciones verticales extensas, de contornos indefinidos que forman masas aisladas esferoidales). En ocasiones se denomina ciclón. Un tornado puede tener una anchura desde unos metros hasta casi un kilómetro en la zona de contacto con el suelo, con un promedio de algunos pocos cientos de metros. Puede penetrar poco en tierra o recorrer muchos kilómetros, causando grandes daños allí donde desciende. La chimenea es visible por el polvo aspirado hacia arriba y por la condensación de gotitas de agua en el centro. El mismo proceso de condensación hace visibles los tornados marinos, en general más débiles, llamados trombas marinas, que ocurren con mayor frecuencia en las aguas tropicales.
Como se origina un tornado
Para que se origine un tornado han de confluir tres elementos: un tiempo inestable formado por una borrasca (un área de baja presión), una masa de frío y seco que por lo tanto tiene tendencia a descender y otra masa de aire cálido y húmedo que por lo tanto, tiene tendencia a ascender. Estos elementos son indispensables para su formación, pero su sola presencia no basta para no dar lugar a un mini tornado; su mecanismo de creación es un tanto más complejo y sigue unas pautas generales. Cuando se produce el choque térmico de los dos frentes, el cálido y el frío, debido a la fuerte condensación del vapor de agua asociado al frente húmedo, se origina una poderosa tormenta o supercélula (Keith A. Browning, 1949), y con ella una visible nube espesa de desarrollo vertical llamada cumulonimbo, a veces de un representativo color oscuro y que muy frecuentemente llega a precipitar en forma de lluvia o incluso de granizo. En el interior de dicha nube, las corrientes de aire que se crean por el intercambio vertical de gases (el aire frío desciende y el cálido sube por su diferencia de densidades) provocan a su vez una primera corriente ascendente. Por otro lado, y produciéndose de modo constante en cualquier lugar sobre el que incidan o hayan incidido los rayos del sol, existen burbujas o masas de aire que se elevan desde la superficie de la tierra, al ser calentada ésta por la radiación solar. En el momento en que una de estas burbujas de aire que sube es succionada por la corriente ascendente de la nube pasa a ascender a mayor velocidad (50 Km./h como máximo); al mismo tiempo, y gracias a la propia rotación de la Tierra y/o a la ayuda de alguna corriente horizontal que la hace girar, esta masa o burbuja de aire que se eleva desde la superficie terrestre se arrollará sobre sí misma y se convertirá finalmente en una segunda corriente giratoria ascendente, que en este caso va desde el suelo hasta la base de la nube: el tornado.
Para que se origine un tornado han de confluir tres elementos: un tiempo inestable formado por una borrasca (un área de baja presión), una masa de frío y seco que por lo tanto tiene tendencia a descender y otra masa de aire cálido y húmedo que por lo tanto, tiene tendencia a ascender. Estos elementos son indispensables para su formación, pero su sola presencia no basta para no dar lugar a un mini tornado; su mecanismo de creación es un tanto más complejo y sigue unas pautas generales. Cuando se produce el choque térmico de los dos frentes, el cálido y el frío, debido a la fuerte condensación del vapor de agua asociado al frente húmedo, se origina una poderosa tormenta o supercélula (Keith A. Browning, 1949), y con ella una visible nube espesa de desarrollo vertical llamada cumulonimbo, a veces de un representativo color oscuro y que muy frecuentemente llega a precipitar en forma de lluvia o incluso de granizo. En el interior de dicha nube, las corrientes de aire que se crean por el intercambio vertical de gases (el aire frío desciende y el cálido sube por su diferencia de densidades) provocan a su vez una primera corriente ascendente. Por otro lado, y produciéndose de modo constante en cualquier lugar sobre el que incidan o hayan incidido los rayos del sol, existen burbujas o masas de aire que se elevan desde la superficie de la tierra, al ser calentada ésta por la radiación solar. En el momento en que una de estas burbujas de aire que sube es succionada por la corriente ascendente de la nube pasa a ascender a mayor velocidad (50 Km./h como máximo); al mismo tiempo, y gracias a la propia rotación de la Tierra y/o a la ayuda de alguna corriente horizontal que la hace girar, esta masa o burbuja de aire que se eleva desde la superficie terrestre se arrollará sobre sí misma y se convertirá finalmente en una segunda corriente giratoria ascendente, que en este caso va desde el suelo hasta la base de la nube: el tornado.
Predicciones
Desde el siglo XIX, la predicción científica ha mejorado mucho. Los radares meteorológicos pueden detectar y rastrear tornados, huracanes y otras tormentas fuertes. Para tales fines, se usan las ondas de radar reflejadas por las precipitaciones asociadas con las alteraciones, que sirven para trazar su curso. Otros instrumentos meteorológicos electrónicos incluyen: el empleado para medir la altura de las nubes y el que se usa para medir el efecto total del humo, la niebla y otras limitaciones a la visibilidad.
Los tornados que afectan a Buenos Aires y alrededores no son producidos por el calentamiento global, el cambio climático, anuncios del apocalipsis, venganzas divinas, políticos corruptos o experimentos de la NASA. Ninguna de esas macanas que se dicen cada vez que una tormenta fuerte pasa por una ciudad o un pueblo, es demostrable científicamente. Está comprobado por la ciencia de la meteorología, que la Argentina se encuentra en la 2º zona de formación de tornados a nivel mundial, después del "Callejón de los Tornados" de los EEUU y el sur de Canada. La zona Tornádica está comprendida por tres estados del sur de Brasil, todo Uruguay, y una amplia zona del territorio argentino que va desde el límite de Rio negro con La pampa, abarcando toda la llanura Chaco-pampeana, incluyendo las sierras de San Luis y de Córdoba, todo el Litoral, Sur de Formosa y hasta el Este de Mendoza, donde se registraron dos casos hasta ahora.
En el mapamundi de tornados que se puede ver en internet, muestra claramente las áreas de mayor ocurrencia en todo el mundo y lamentablemente Nuestra ciudad se encuentra dentro de una.
Por esa razón no nos debe sorprender que regularmente, cuan se dan las condiciones propicias, nos afecte una tormenta con grandes vientos destructivos. No podemos frenar la fuerza de la naturaleza pero si podemos tratar de estar los mas preparados posible para enfrentar las consecuencias e incluso anticiparlas con tiempo.
En el mapamundi de tornados que se puede ver en internet, muestra claramente las áreas de mayor ocurrencia en todo el mundo y lamentablemente Nuestra ciudad se encuentra dentro de una.
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