PLANETA SUSTENTABLE
La Sustentabilidad, se refiere a la administración eficiente
y racional de los recursos naturales, de manera que resulte posible mejorar el
bienestar de la población actual, sin comprometer la calidad de vida de las
generaciones venideras. El Desarrollo Sustentable puede dividirse
conceptualmente en tres partes, ambiental, económica y social.
La justificación del desarrollo sustentable proviene tanto
del hecho de tener recursos naturales limitados (nutrientes del suelo, agua
potable, minerales, etc.), susceptibles de agotarse, como del hecho de que una
creciente actividad económica sin más criterio que lo económico produce, tanto
a escala local como planetaria, graves problemas medioambientales que pudieran
llegar a ser irreversibles.
El acuerdo de París
Para abordar los problemas
del cambio climático los gobiernos de 96 países mas la Unión
Europea, quienes juntos generan más del 55% de las emisiones globales de gases
de efecto invernadero, firmaron la adhesión a un instrumento internacional denominado el Acuerdo de París. Este documento se encuentra dentro del marco de
la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que
establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto
Invernadero (GEI) a través de
la mitigación, adaptación de los ecosistemas a efectos del
Calentamiento Global.
El Acuerdo tiene como objetivo
obligar a los
gobiernos de los países firmantes a tomar medidas para limitar en este siglo el
aumento de la temperatura a menos de 2 grados centígrados con respecto a los
niveles de la era preindustrial y reforzar la respuesta mundial a la
amenaza del cambio climático, en el contexto del desarrollo sostenible y de los
esfuerzos por erradicar la pobreza.
Existe consenso científico respecto de que,
para permanecer por debajo de los dos grados que exige el acuerdo, los humanos
podemos emitir solo 565 gigatones más de dióxido de carbono a la atmósfera.
Para tener una idea de proporciones y de lo que esto significa, tomemos en
cuenta que un gigatón equivale a 1.000.000.000 de toneladas y que solo durante
la última década quemamos 321 gigatones de combustibles fósiles. Tomando en
cuenta estas cifras, hay cierta urgencia para resolver el problema ya que si seguimos
al ritmo actual, en 17 años habremos quemado esa cantidad.
El
Acuerdo se implementaría a partir de 2020, reemplazando el Protocolo de
Kioto.
El negocio de contaminar
En los balances de las empresas energéticas y
en los activos de los gobiernos, quedan reservas por 2.795 gigatones, es decir,
cinco veces más petróleo, carbón y gas del que podemos quemar. Se calcula que
estas reservas están valuadas en 28 billones de dólares. De tener en cuenta
estos números, para cumplir el Acuerdo de París y limitar las emisiones de
gases de efecto invernadero, el 80% de esos recursos energéticos existentes,
contabilizados en los balances de las empresas y gobiernos, nunca deberían
usarse y deberían quedar bajo tierra. De modo que poner en práctica el Acuerdo de
París, dispararia un denominado write off (pérdida) de 20
billones de dólares.
Si
la crisis financiera de 2008 -relacionada con las hipotecas y las subprime-
fue por 2,2 billones de dólares de incobrables, quitar definitivamente de los
balances las reservas fósiles existentes por casi 10 veces ese valor dispararía
una debacle financiera mundial. Y hoy no existe gobernante en el planeta que
tenga el valor ni la fuerza política para enfrentar a todo el lobby petrolero
del mundo y afrontar las consecuencias de tomar esta decisión. Es por eso
que el 1 de junio de este año, el
presidente Donald Trump anunció
la retirada de Estados Unidos de este acuerdo, dadas sus promesas de
campaña en pro de los intereses económicos de la nación.
El papa verde
El papa Francisco dejó
en claro que el compromiso ambiental forma parte de su agenda, que debe ser
atendido a la par de la problemática social y que debe hacerse de manera
urgente.
La encíclica Laudato si:
Sobre el cuidado de la casa común, fue su gran declaración de posición.
En este documento histórico, el pontífice, expresó que el calentamiento climático es
real y es consecuencia de “el enorme
consumo de algunos países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres
de la Tierra“. En este sentido, habla de una “deuda ecológica” dada porque “los pueblos en vías de
desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera,
siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente
y de su futuro”. Además, que es necesaria la creación de
instituciones internacionales fuertes, y el compromiso de los líderes políticos
y el sacrificio individual para combatirlo. Por último, llamó a la Iglesia a
promover debates científicos honestos acerca del tema.
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