24 junio 2010

EL JUEGO DE LA MUERTE



Por Alejandro Chitrángulo

En los últimos meses en la ciudad salteña de Rosario de la Frontera ocho adolescentes de entre 13 y 18 años se suicidaron y otros siete intentaron hacerlo como parte de un juego conocido como el juego de la muerte, shocking game o sus nombres más vernáculos “el ahorcado" o "seis nudos"
El juego consiste en apostar al riesgo y poder evitar la muerte por asfixia. Hay que hacer seis nudos en una corbata o bufanda, que se desarman al colgarse y solo queda la marca pero, si falla ese intento, lo que se encuentra es la muerte.
Los que convocan por Internet a realizar esta práctica, manifiestan que lo que se persigue es llegar al estado de éxtasis por asfixia, esto se logra soportando el ahorcamiento la mayor cantidad de tiempo posible.
Rosario de la Frontera es una pequeña ciudad que tiene unos 25 mil habitantes y está ubicada al sur de Salta, el impacto de la muerte de estos jóvenes fue tal que miles de personas salieron a la calle el viernes último para pedir una ayuda oficial que detenga lo que consideran una "ola de suicidios" adolescentes.
Shocking game
El juego de la asfixia o shocking game es una práctica a través de la cual chicos y adolescentes llegan al punto del desvanecimiento al intentar ahorcarse con un cable, pañuelo, bufanda u otro elemento, momento en el que aseguran que el cuerpo experimenta una "sensación de euforia". Esta inexplicable práctica ya dejó más de 80 adolescentes muertos en los últimos años en Estados Unidos y Canadá, pero la mayor cantidad de muertes se dio en el último lustro cuando su difusión se amplió a través de Internet. Según testimonios y algunas fotos que aparecen en la red, el juego puede practicarse de a dos, que se ahogan mutuamente con las manos, o en solitario, usando cables o correas de perros, hasta perder la conciencia, que es signo de que la llegada de oxígeno al cerebro se interrumpe brevemente.
Suicidio Infantil
A través de estudios y experiencia los psicólogos especializados han sabido que existen ciertos factores de riesgo que se relacionan con el suicidio infantil. Estos factores se encuentran indefectiblemente en el ambiente que rodea al niño, siendo la familia un punto de amplia relevancia en el desarrollo de ideas suicidas o bien de un comportamiento suicida. Dentro de estos parámetros los especialistas aseguran que se debe prestar mucha atención a la sicopatología de los padres, el comportamiento agresivo intrafamiliar, así como dependencias a alcohol o drogas y la depresión (suya o de sus padres). Otros factores que podrían predisponer a un niño a desarrollar tendencias suicidas son: Familia disgregada y desorganizada, la pérdida de uno de los padres antes de los 12 años de edad, sicopatología de los padres, Intentos suicidas previos, fallas escolares, aislamiento social e exposición intensa o prolongada a eventos estresantes.
Otros estudios sostienen que los individuos con una historia de abuso sexual en la infancia o maltrato infantil son tres veces más vulnerables a volverse depresivos o suicidas durante la adolescencia o la edad adulta. Siendo llamativamente relevante el hecho de que el factor suicida afecta mucho más al sexo masculino (porcentaje: 34 hombres a 1 mujer).
Algunos especialistas opinan que el juego de la asfixia es una tétrica moda en la cual la muerte no es la finalidad, ya que cuando una persona tiene una intención de suicidarse no busca el deleite, sino acabar con el sufrimiento. Para considerarse suicidio, la muerte debe ser un elemento central y el motivo del acto, y no sólo una consecuencia casi ineludible. El suicidio en los adolescentes es la tercera causa de muerte más frecuente entre los 15 y 24 años de edad, siendo esta etapa un período del desarrollo de mucho estrés lleno de cambios muy importantes: cambios en el cuerpo, en las ideas y en los sentimientos.
El concepto de muerte en el niño se va adquiriendo progresivamente. Según Piaget, el concepto de muerte irreversible el niño no lo adquiere hasta los 12 años. El niño potencialmente suicida tendría ideas patológicas de muerte; son niños que piensan más en la muerte que otros. A nivel cognitivo están mucho más desestructurados, viven los fracasos de forma más grave de lo que realmente es, sin encontrar vías alternativas de solución, llegando a una profunda depresión.
El concepto de depresión infantil se forma como tal en 1987 como un conjunto de síntomas que forma un síndrome. Se establece que puede existir en todas las edades y como mínimo para poder hablar de ella la sintomatología debe durar alrededor de un mes.

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