Por
Alejandro Chitrángulo
En
los últimos meses en la ciudad salteña de Rosario de la Frontera ocho
adolescentes de entre 13 y 18 años se suicidaron y otros siete intentaron
hacerlo como parte de un juego conocido como el juego de la muerte, shocking
game o sus nombres más vernáculos “el ahorcado" o "seis
nudos"
El
juego consiste en apostar al riesgo y poder evitar la muerte por asfixia. Hay que hacer seis nudos en una corbata
o bufanda, que se desarman al colgarse y solo queda la marca pero, si falla ese
intento, lo que se encuentra es la muerte.
Los que convocan por Internet a realizar esta práctica, manifiestan que lo
que se persigue es llegar al estado de éxtasis por asfixia, esto se
logra soportando el ahorcamiento la mayor cantidad de tiempo posible.
Rosario
de la Frontera es una pequeña ciudad que tiene unos 25 mil habitantes y está
ubicada al sur de Salta, el impacto de la muerte de estos jóvenes fue tal que
miles de personas salieron a la calle el viernes último para pedir una ayuda
oficial que detenga lo que consideran una "ola de suicidios"
adolescentes.
Shocking
game
El
juego de la asfixia o shocking game es una práctica a través de la cual chicos
y adolescentes llegan al punto del desvanecimiento al intentar ahorcarse con un
cable, pañuelo, bufanda u otro elemento, momento en el que aseguran que el
cuerpo experimenta una "sensación de euforia". Esta inexplicable
práctica ya dejó más de 80 adolescentes muertos en los últimos años en
Estados Unidos y Canadá, pero la mayor cantidad de muertes se dio en el último
lustro cuando su difusión se amplió a través de Internet. Según
testimonios y algunas fotos que aparecen en la red, el juego puede practicarse
de a dos, que se ahogan mutuamente con las manos, o en solitario, usando cables
o correas de perros, hasta perder la conciencia, que es signo de que la llegada
de oxígeno al cerebro se interrumpe brevemente.
Suicidio
Infantil
A
través de estudios y experiencia los psicólogos especializados han sabido que
existen ciertos factores de riesgo que se relacionan con el suicidio infantil.
Estos factores se encuentran indefectiblemente en el ambiente que rodea al
niño, siendo la familia un punto de amplia relevancia en el desarrollo de ideas
suicidas o bien de un comportamiento suicida. Dentro de estos parámetros los
especialistas aseguran que se debe prestar mucha atención a la sicopatología de
los padres, el comportamiento agresivo intrafamiliar, así como dependencias a
alcohol o drogas y la depresión (suya o de sus padres). Otros factores que
podrían predisponer a un niño a desarrollar tendencias suicidas son: Familia
disgregada y desorganizada, la pérdida de uno de los padres antes de los 12
años de edad, sicopatología de los padres, Intentos suicidas previos, fallas
escolares, aislamiento social e exposición intensa o prolongada a eventos
estresantes.
Otros
estudios sostienen que los individuos con una historia de abuso sexual en la
infancia o maltrato infantil son tres veces más vulnerables a volverse
depresivos o suicidas durante la adolescencia o la edad adulta. Siendo
llamativamente relevante el hecho de que el factor suicida afecta mucho más al
sexo masculino (porcentaje: 34 hombres a 1 mujer).
Algunos
especialistas opinan que el juego de la asfixia es una tétrica moda en la cual
la muerte no es la finalidad, ya que cuando una persona tiene una
intención de suicidarse no busca el deleite, sino acabar con el sufrimiento. Para
considerarse suicidio, la muerte debe ser un elemento central y el
motivo del acto, y no sólo una consecuencia casi ineludible. El suicidio
en los adolescentes es la tercera causa de muerte más frecuente entre los 15 y
24 años de edad, siendo esta etapa un período del desarrollo de mucho estrés
lleno de cambios muy importantes: cambios en el cuerpo, en las ideas y en los
sentimientos.
El
concepto de muerte en el niño se va adquiriendo progresivamente. Según Piaget,
el concepto de muerte irreversible el niño no lo adquiere hasta los 12 años. El
niño potencialmente suicida tendría ideas patológicas de muerte; son niños que
piensan más en la muerte que otros. A nivel cognitivo están mucho más
desestructurados, viven los fracasos de forma más grave de lo que realmente es,
sin encontrar vías alternativas de solución, llegando a una profunda depresión.
El concepto de depresión infantil se forma como tal en 1987 como un conjunto de síntomas que forma un síndrome. Se establece que puede existir en todas las edades y como mínimo para poder hablar de ella la sintomatología debe durar alrededor de un mes.
El concepto de depresión infantil se forma como tal en 1987 como un conjunto de síntomas que forma un síndrome. Se establece que puede existir en todas las edades y como mínimo para poder hablar de ella la sintomatología debe durar alrededor de un mes.
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