Lanusverde
Culpa del vertiginoso ritmo de vida, patrimonio, casi exclusivo de las ciudades, cada vez hay menos tiempo para comprar y preparar alimentos en pos de la búsqueda de un equilibrio nutricional. Es por esto que “los alimentos funcionales han empezado a jugar un papel de extrema importancia para compensar, en muchos casos, la posible existencia de déficit nutricionales.
Existe, en el mercado, una variedad cada vez mayor de "nuevos" alimentos que han sido enriquecidos o mejorados, afectando una o a varias funciones relevantes del organismo, de manera que puedan proporcionar un mejor estado de salud. Después de casi 2.500 años resurge la doctrina de Hipócrates: “Permite que el alimento sea tu medicina”, como fuente de una salud óptima.
Sin embargo, el término funcional es muy moderno; fue propuesto por primera vez en Japón en 1991, cuando el Ministerio de Salud publicó la reglamentación para los “Alimentos para uso específico de salud”; es decir, aquellos que contienen ingredientes con algún efecto beneficioso sobre el organismo.
A pesar de sus virtudes, hay que tener en cuenta que los alimentos funcionales no curan enfermedades, aunque si actúan como preventivos de algunas de ellas. Y que los componentes de estos alimentos enriquecidos, se hallan en los alimentos convencionales, por lo que una dieta variada, equilibrada y moderada aporta beneficios similares a los de los alimentos funcionales, pero como dijimos al principio de la nota, en muchos casos, conseguirlos y prepararlos lleva mucho tiempo.
En la actualidad los especialistas en nutrición manifiestan que “Hemos pasado de la cultura de los alimentos sin a la de los alimentos con”. Entre las características que deben cumplir estos súper alimentos están tanto ejercer un efecto positivo sobre la salud, como no reducir el valor nutritivo del alimento y no ser nocivo si se ingiere por encima de las porciones recomendadas. Pero fundamentalmente estas características deben estar fundamentadas en una sólida base científica.
Alimentos funcionales
Si se habla de alimentos funcionales, hay que mencionar los productos probióticos (leche, yogur y otros lácteos fermentados), que contienen microorganismos vivos que estimulan el crecimiento de los microorganismos “buenos” de la flora intestinal. También podemos mencionar los alimentos que contienen sustancias fotoquímicas (responsables del color y el sabor de las distintas frutas y hortalizas) que posen poderosa acción anti inflamatoria y anti cancerígena. Los que contienen fitoesteroles (frutas, hojas y semillas) que protegen el sistema cardiovascular. También hay huevos de gallina con menos colesterol, pan, y milanesas de carne y soja, que mantienen el contenido de hierro propio de la carne, leches suplementadas con hierro o doble calcio. Yogures suplementados con fibra para el mejoramiento del tránsito intestinal.
Un capítulo especial dentro de estos novedosos alimentos, lo merecen los que contienen ácidos grasos Omega 3, que poco a poco ganan espacio en las góndolas.
El omega 3 es un tipo especial de grasa que es esencial para el desarrollo del sistema nervioso, cardiovascular y la respuesta inmune. Está presente naturalmente en los peces azules como el atún y la caballa, entre otros, en el aceite de oliva, las fruta secas. Y ahora también, en aquellos comestibles elaborados industrialmente que ha remplazado las grasas de origen animal (saturadas) o los aceites hidrogenados, por aceites enriquecidos en ácidos grasos de la familia Omega.
Por eso, cuando adquirimos los alimentos, es importante tener en cuenta algunos principios importantes. Por ejemplo, desde la alimentación básica es lo mismo tomar un vaso de leche que de yogur en relación a las proteínas, calorías y calcio; sin embargo hay una diferencia funcional en el yogur ya que contiene microorganismos vivos que colonizan en el intestino y desplazan a los agentes patógenos. Una adecuada alimentación, entonces, protege a los diferentes órganos y sistemas, e inhiben el desarrollo de muchos tumores actuando sobre las principales causas de muerte prevenibles. Aunque no estemos alertas, cada segundo estamos librando una batalla interna en nuestros organismos. Lo que no se debe hacer es esperar milagros de los complementos alimenticios, ya que por sí mismos no pueden curan enfermedades, pero sí pueden ser de utilidad en su prevención y en la batalla interna que se libra día a día dentro de nuestros organismos contra la oxidación, virus, bacterias y agentes patogenos. La cultura gastronómica argentina, es carne y pollo con arroz o papas, mucho embutido y mucho frito. Pero debemos recordar que “la salud está en el mundo vegetal incluyendo alternativamente una porción menor de carnes y lácteos”.
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